El dinero no da la felicidad, pero bien que ayuda.
O ¿no? En el emprendimiento no todo es ganar, en ocasiones una pérdida nos brinda la oportunidad de crecer, de ver las cosas diferentes, no todo es dinero, no todo se puede capitalizar, no hay un banco que de intereses a nuestras experiencias, ni tampoco podemos acumular en una cuenta bancaria en el sin número de personas que han estado en el recorrido, nuestros sueños y proyectos no se pueden medir en monedas, lo que hacemos a diario, con esa pasión que nos motiva a seguir, adelante, vale mucho y es mucho, mucho más que simples billetes.
No se quien eres o que pretendes, no quiero saber de ti, me lastimas, me insultas y haces ver que todo lo malo sucede por mi culpa, reconozco que fui débil, que en mi deseo de ser alguien busque caminos que no eran los adecuados, me caí, me abandoné, y me convertí en víctima de mis propias incapacidades, porque eso fui, un incapacitado, alguien sin la capacidad de creer, de soñar y de sentir que todo lo que deseo puede ser posible, no te conozco, pero se que fuimos compañeros en un viaje sin rumbo, sin destino, donde nadie se hizo responsable de dirigir, y donde tú, miedo, siempre fuiste el protagonista.
Habrá días en que sientas que no puedes, pasarás momentos de tu vida que no te agradan, llorarás, sufrirás y estarás enojado y claro, muy frustrado, pero tú puedes, siempre has podido, porque en ti hay fuerza, existe talento y tienes algo más valioso que el oro y tan fuerte como un diamante, te tienes a ti, con tus caprichos, con tus sueños, aderezados con un poco de mal humor, pero con muchas chispas de alegría, tienes todo y eres todo, no te falta nada, tan solo hacerlo, intentarlo, dejando a un lado todo lo sucedido, ese pasado que ya fue, esos miedos que ya no te detienen y confiando en un futuro que no conoces, pero que seguro será...
A ti por todo lo que tuve que vivir, te culpo por no estar, por abandonar, por amargar, te culpo por el tiempo en que te he necesitado, te culpo por todo el dolor, por todo el coraje, te culpo por mis depresiones, llantos y sin sabores, te culpo por mi pasado y sobre todo por haberme atado, te culpo por no amarme, por no apoyarme, por solo dejarme, te culpo por hacerme sentir basura, por no cuidarme, por haberme tirado al piso, pero también te culpo por haber inspirado mi fuerza, te culpo por ser mi motor, te culpo porque el coraje se convirtió en mi carruaje, porque tu culpa ha sido mi ruta y porque lo no vivido...
O mejor dicho seguridad de que nunca lograras lo que quieres, porque tu inseguridad te limita, el creer algo que solo tu ves, y que te hace sentir incapaz. todos somos inseguros, quizá por la falta de un padre, tal vez por algo físico, la falta de dinero o por algún trauma, todos tenemos algo y ese algo es una gran roca que nos impide avanzar. Detente, respira, no somos tan diferentes a esas personas chingonas que triunfan, ellos también tienen miedos, traumas e inseguridades, pero los enfrentan, los abrazan y deciden ser personas seguras de si mismas, quizás llenas temores, pero con la fuerza y la convicción de vencerlos a todos y cada uno de ellos hasta llegar al...